- Dependiendo del país, entre el 33 y 50% de los matrimonios acaba en divorcio.
- Cada vez hay más debate sobre monogamia vs poligamia.
- La gente tiene más opciones de pareja a su alcance gracias a las redes sociales.
Cada vez hay más argumentos que hacen tambalear la idea del matrimonio. ¿Por qué aún nos queremos casar?
¿Es una idea romántica que nuestra cultura no ha logrado cambiar? ¿o el ser humano realmente cubre necesidades gracias a este acuerdo?
En el pasado el matrimonio era un arreglo que poco tenía que ver con el amor.
Incluso había un pago a la familia (dote).
Era común las relaciones extramaritales porque el matrimonio solo era un arreglo familiar/financiero.
Con el romanticismo, el matrimonio pasó a ser una elección por “amor”.
Pero la elección se hacía desde muchas expectativas o se confundía y era desde el enamoramiento.
El divorcio era muy mal visto y mucha gente sufría en silencio en sus matrimonios.
Con tantos aspectos cuestionados del matrimonio, ¿qué es lo que buscamos ahora?
Seguimos buscando una pareja que nos ayude a cubrir necesidades de compañía, amor, familia, s3xualidad y que contribuya a crear un vida juntos.
Para muchas personas “sentar cabeza” o comprometerse con una persona ha perdido el atractivo. Las razones anteriores no son suficientes.
Las personas ahora solo se imaginan casados si encuentran a la persona perfecta con quien disfrutar la vida y con quien tienen valores, metas, deseos y crecimiento similar.
Pareciera que a medida que el ser humano evoluciona y crece, buscamos cubrir necesidades más profundas.
Hay ciertas necesidades como fisiológicas, de compañía o de estabilidad económica que cada vez son más fáciles de cubrir sin el matrimonio.
Para comprometernos en una relación ahora buscamos:
- con quién cubrir necesidades emocionales y espirituales.
- similitud a nivel de consciencia.
- una persona que pueda evolucionar a nuestro lado.
Buscamos en el matrimonio un espacio de crecimiento. Buscamos una pareja en donde nos apoyemos mutuamente para ser nuestra mejor versión.
Para comprometernos en una relación ahora buscamos:
- alguien capaz de compartir nuestras emociones.
- alguien con crecimiento (en vez de “así soy, aceptame”)
- alguien con quien poder tener conversaciones difíciles.
- alguien con quien poder resolver conflictos sanamente.
En un matrimonio moderno el enamoramiento o amor ya no es suficiente.
Necesitamos alguien a nuestro lado con las HABILIDADES necesarias para hacerlo funcionar:
- inteligencia emocional
- comunicación sana
- cuestionar cómo nuestro pasado impacta el presente
- trabajo personal
- empatía por las necesidades y dolores de la pareja.
- capacidad para reconocer errores y dolores.
